El fin que se persigue con el estarcido puede ser el de darle un toque moderno a algún objeto, alegrar una pared algo monótona e, incluso, personalizar una camiseta.
Consideraciones previas
Lo primero que hay que tener claro es la superficie en la que se quiere realizar esta técnica. El estarcido puede aplicarse a casi cualquier tipo de material, si bien, tradicionalmente, ha servido de procedimiento para decorar paredes o bien para imprimir efectos en objetos de madera de diversa índole, tales como paragüeros, bancos, bandejas, tarjetas, joyeros, marcos de fotos, mesas, sillas, etc.Si la actividad que vamos a llevar a cabo es de dimensiones amplias, por ejemplo, crear cenefas en todas la paredes de una casa, lo mejor será proveerse de ayuda y de varias plantillas, mientras que si de lo que se trata es de aplicar un adorno en un objeto de tamaño reducido, con una sola plantilla tendremos más que suficiente. También deberemos elegir el motivo o diseño de la plantilla y su tamaño. En la vida cotidiana encontraremos muchos ejemplos.
Es muy importante que elijamos bien la gama de colores y la cantidad que vamos a emplear antes de ponernos manos a la obra. Las combinaciones son inmensas y, dependiendo de nuestra experiencia (y paciencia), podemos conseguir efectos tonales verdaderamente sorprendentes. Una de las claves para no equivocarnos con el color es ser conscientes de la utilización del estarcido en cuestión. Por ejemplo, si vamos a pintar una cenefa en la habitación de los niños, los colores más adecuados son los suaves, de la gama de los pasteles y el motivo será infantil o floral. En cuanto al tipo de pintura también consideraremos el material del soporte para optar por la más adecuada, ya sea acrílica (para madera, paredes, latón), plástica o especial si nuestro objetivo es estampar telas.
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